Actividad Una receta de escritura

Una receta de escritura: para realizarla procedan de a poco y en etapas. Primero busquen muchas palabras posibles, todos los verbos relacionados al acto de cocinar, de comer, de compartir la mesa, todos los sustantivos afines (dejen volar la imaginación) y por último todos los adjetivos, muchos, aunque luego descarten algunos. Vuelquen todas estas palabras en la hoja, en forma desordenada, como vayan apareciendo en sus cabezas. Recién al final, siéntense a organizar las mismas en un texto (poesía o prosa). Jueguen creativamente, mezclen, descubran, sorpréndanse!!

 

Actividad 1

Comer un poema o escribir un plato.

Receta: Oda al tallarín – Las cintas del encuentro

Ingredientes: Verbos (recuerden sus gestos al cocinar durante el zoom)

 

Sustantivos

Adjetivos: dóciles, suaves, maleables, plásticos, amables, alargados, enroscados, cóncavos, convexos, etc. (éstos son sólo un ejemplo).

 

Un puñado de comas

Una pizca de puntos.

 

En el blanco de la hoja vierte con entusiasmo todos los verbos relacionados al acto de cocinar, de comer, de compartir la mesa, etc.

 

Agrega de a poco los sustantivos que creas necesarios, busca aquellos sustantivos que puedan estar olvidados en el fondo de la alacena de tu memoria y mézclalos suavemente hasta formar una masa textual homogénea y coherente.

 

Selecciona luego una gran variedad de adjetivos que realcen el gusto de tus oraciones, que potencien las cualidades de los sustantivos y que despierten en el lector las sensaciones y emociones dormidas; comienza a agregarlos con cuidado.

 

Cuece a fuego lento tus ingredientes permitiendo que vaya tomando forma, permitiendo que aquello que aparece en tu imaginación se plasme en el texto que estás cocinando. La forma final en que presentarás el “manjar” tendrá tu impronta y tu particularidad.

 

 

Esas manos, lastimadas y callosas de labrar la tierra y cosechar el trigo. 

Esas manos amables, las cuales delicadamente unen los ingredientes para hacer arte divino. 

Esas manos, que suavemente acarician el agua en unión al polvo salido del trigo, 

son las mismas manos que forjan al hombre y lo tornan sincero, 

que prenden la llama y avivan el fuego, colocan la masa y esperan su tiempo

Esas manos, panadero, son de artista y alfarero. 

Un caballero con manos de seda y corazón de hierro. 

Un hombre de palabra, paciencia y esmero.

 

Fiesta en la casa

 

Había aires de celebración

en la vieja cocina familiar,

música de tablas, sartenes y palos de amasar

eran el sonido de la alegría misma

harinas blancas puras

se desparramaron por doquier

y pintaron la vieja mesa de pino.

 

Las incansables cocineras

con ansiosos bríos,

cruzaron sus delantales floridos

sobre sus maternales pechos

y pusieron manos a la obra.

 

El grifo llenó las ollas

y los leños encendieron el fuego

abrazando el agua cristalina

y haciéndola hervír a borbotones.

 

Un par de manos suaves

acariciaba la mezcla

-como si fuese un niño pequeño-

transformándola en masa fresca y noble.

 

Con rapidez y dulce amor 

picaron albahaca fresca

que convirtieron en salsa

al juntarlos con ajos maduros.

 

El ambiente fue envuelto

Por agradables perfumes

que abrieron el apetito

y trajeron añorados recuerdos.

 

La masa fue estirada 

y con destreza plástica

lo que era un paño uniforme

se transformó en tallarines frescos.

 

Arrojados a la olla

y tras el tiempo suficiente

se zambulleron en el pesto,

los demás pusieron la mesa…

¡Y la casa fue una fiesta…!

Los fideos y su receta.

 

La harina era suave,

El huevo era frágil,

El agua que unía a dos ingredientes intensos

Y dejaba una masa que era suave y flexible.

Después tocaba amasar sin cesar,

Hacer fuerza sin parar

Doblar y volver a amasar 

Un reto que no iba a parar.

Agarre un cuchillo bien filoso

Que iba a cortar esa masa que te hacia sufrir,

Largos y flexibles iban al agua sin piedad.

Salían del agua cocinados y ricos 

Y en la mesa bien prolija quedaban con estilo.

Después tocaba el pesto que bien picado fue,

Con su amiga la almendre y su ajo también,

Se bañaron en aceite 

Con el ajo y la almendra 

y derramados fueron en la comida de la mesa.

 

 

Cocinando molto bene

 

El chef Vasiá es muy inteligente

cepilla una zanahoria con un cuchillo,

queso en un rallador grueso también frota:

De ida y vuelta, de ida y vuelta.

 

Sopa revuelve en la cocina

mientras va triturando papas,

El eneldo corta con un cuchillo:

Whack-Whack-Whack.

 

Resultó delicioso para saborearlo.

Elimina personalmente muestras de platos.

Toda sal, toda pimienta le dan el toque final.

Marina Goldaracena, Profesora de Literatura